En apenas unos días, a esta hora, “mi pequeño” estará disfrutando de una gran aventura: El viaje de fin de curso. Pues sí, mi pequeño se ha hecho mayor y estará cuatro días de viaje con sus compañeros del cole. Cuatro días de actividades, charlas, juegos, confesiones, mucha diversión… y alguna que otra lagrimita de pensar que el próximo curso ya no estarán todos juntos. Y mientras tanto aquí estará la mami, con el corazón en un puño, pensando a todas horas en qué estará haciendo, repitiéndome a mi misma una y otra vez lo bien que se lo estarán pasando e intentando aguantar como una campeona sin derramar esas lagrimitas que me llenan los ojos cada vez que pienso en lo mayor que está ya y en cómo ha pasado el tiempo. ¡Ves! Ya se me han escapado un par…
Pero bueno, dejémonos de nostalgias que lo que toca ahora es prepararle la maleta para el viaje de fin de curso. Bueno, más bien la vamos a preparar juntos. Me había propuesto dejar la maleta medio lista. Sé que igual alguno pensáis que soy una exagerada, que aun falta mucho… pero que va. A mi los días se me pasan volando y no puedo dejármelo para última hora.
Tengo que comprobar que tenga todo lo que necesitará esos días: bañadores, pantalones cortos y alguno largo, camisetas de manga corta, la ropa interior, zapatillas, chanclas para la piscina, sandalias atadas y que se puedan mojar (que por cierto, hay que ir a comprarlas. El peque usa ya un 40 de zapatilla así que las del año pasado no le caben. Si lo llego a dejar para última hora…), toalla para la playa, pijama, neceser, chaqueta fina, mejor una sudadera… Un montón de cosas. Ah, y van a compartir la habitación entre 6 así que toca etiquetar la ropa. Si es que no quiero ni pensarlo. En cada cuarto habrá un caos… La ropa toda mezclada, tirada por todos lados… Como si lo viera. Así que ponte luego a ver si esos calcetines son míos o tuyos, o esa camiseta que media clase tiene igual. Claro, es lo que tiene que todos acabemos comprando más o menos en las mismas tiendas. Jejeje Lo dicho, que hay que ponerle el nombre a toooooodas las cosas.
Nota: Le dije a la gente de mío, mío, mío que estaría bien que hubiese también la opción de comprar tinta blanca, pero me dijeron que a día de hoy no es posible. Que estuvieron estudiando la posibilidad de introducir tinta blanca justamente para los tejidos oscuros, pero no funciona bien: La tinta blanca enseguida se seca y desaparece con uno o 2 lavados. Así que descartamos la posibilidad. Hoy día solo pueden garantizan buenos resultados con la tinta negra.
Me dijeron que lo que hacen ellos con la ropa más oscura es poner el sello en las etiquetas de ropa (como yo), que la mayoría son blancas. Con las chaquetas, aprovechar la cinta para colgar para sellarla y en los pantalones usar la tela de los bolsillos que suele ser también más clarita.
Otra peguilla que tiene es que barato no es. Pero, si nos paramos a pensar que el sello nos vale para usarlo unas 1.000 veces… Hagamos la cuenta: 62€ (que es lo que vale aproximadamente un sello para ropa y papel, con la tinta y los gastos de envío incluidos) entre 1.000 nos sale a 0,062 por etiqueta. Tampoco está tan mal si pensamos en que no hay que planchar, no coser, ni pensar que la tinta se corra con el rotulador que hemos comprado, o que la letra nos ha salido un churro y no se entiende nada… Ah, y cuando se acaba se puede recargar y eso ya sale mucho más económico. La recarga de tinta cuesta 9€ (iva incluido).
Eso sí, para que te dure mucho tiempo tienes que cuidar bien tu sello mío mío. Ha de estar cerrado y guardado en su bolsita de plástico para que no se seque la tinta. Bueno, para eso y para que no te lo pillen sin darte cuenta los más peques y te pongan perdido el sofá cuando hayan acabado de “tatuarse” su nombre por todo el cuerpo. 😉
Un consejo: Cuando etiquetéis la ropa o cuando les estéis enseñando a ellos a etiquetarla, apoyadla sobre una superficie dura y estirad bien la zona donde vayáis a poner el sello. Así la impresión os quedará perfecta. Como nosotros estábamos etiquetando las prendas sobre la cama, usamos un libro grande para apoyarnos. 😉
Pero… ¿A que no sabéis qué es lo mejor de todo de los sellos personalizados mío mío mío? Pues precisamente eso, que pueden etiquetar ellos solos sus cosas. Hombre, a César no le voy a dejar que lo haga solo o al menos no sin supervisión, y a Carla casi que tampoco. Pero a Marco… Como me decía mi madre: Si tienes edad para irte de viaje sin tus padres, tienes edad para… ¡etiquetarte sus cosas! Y encima, a él le mola. Así que, una tarea menos para mamá.
Pues nada, ya tenemos la maleta casi lista y con toda la ropa etiquetada en un momento. Sólo nos falta meter un par de cosas que nos hemos dado cuenta de que tenemos que comprar.
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6 Comentarios
Bruno Schneider
11 junio, 2016 at 8:42 amMe gusta mucho la idea. Además realmente es mucho más cómodo que las etiquetas pseudoadhesivas que hay que planchar. Eso sí, las etiquetas son más chulas y visibles.
Aún así me lo apunto en mi lista de posibles adquisiciones.
Gracias por enseñarnos cosas que no conoceríamos sin tu blog.
mariajose
11 junio, 2016 at 8:54 amLa verdad es que las etiquetas son más vistosas, pero cuando ya son más mayores… Mi hijo, que ya tiene 12 años, prefiere tener su nombre en la ropa "más disimulado". Está en esa etapa en la que las otras le parecen "de más pequeños". Jejejeje
Gracias a ti por leerme siempre. 🙂
ana cristina sanjoaquin romero
12 junio, 2016 at 1:18 pmMe vendrían genial para el peque que empezará el cole en septiembre: me apunto. Compartido en face con los 3 etiquetados: https://www.facebook.com/ana.sanjoaquin/posts/582713898577538
Nombre face. Ana Sanjoaquín
Tanya Gonzalez
13 junio, 2016 at 1:11 pmSoy yo k biennnnn graciassss
mariajose
27 junio, 2016 at 4:55 am¡Enhorabuena! Que disfrutes de tu premio. 🙂
Jhudora
14 junio, 2016 at 8:42 amEnhorabuena a la ganadora!