cuestion de actitud

Una cuestión de actitud


Llevamos una temporada bastante complicadilla. A todo el mundo de ocurre. Hay años en los que parece que todo fluye, en los que las cosas salen rodadas y otros en los que parece que vayan saliendo obstáculos que te hacen tropezar a cada paso. ¿Verdad que cuando nos pasan cosas que no nos gustan tan sólo recordamos tooooodo lo “malo” que nos pasa últimamente? Pues bien, esto, en realidad, es tan sólo cuestión de actitud.

Nuestra vida se compone de momentos: Buenos, menos buenos, malos, peores… Así de simple y de complejo a la vez. La vida es una consecución de momentos y nosotros somos quienes decidimos cómo vivirlos. Cuando nos ocurren cosas desagradables, tenemos la opción de meternos en un pozo y sumirnos en la oscuridad. Es el camino más fácil, pero al mismo tiempo del que nos será más difícil salir. O bien podemos enfrentarnos a lo que nos ocurre con la mejor disposición posible y, puede que no salga bien o al menos no todo lo bien que esperábamos, pero seguro que la experiencia al pasar por ese trago será mucho mejor.

Hace apenas una semana, fui más consciente que nunca de todo eso. Hace apenas una semana vi como la forma de afrontar las cosas de una persona puede darle la vuelta a una situación.

Hace apenas una semana me di cuenta de que, realmente, todo es cuestión de actitud.

cuestion de actitud

En esta última semana nos hemos llevado un gran susto. Mi padre se puso muy mal y tuvimos que correr a urgencias. Un problema cardíaco severo, que no habíamos detectado hasta entonces, nos hizo pasar una difícil semana en el hospital, llena de miedos, dudas e incertidumbre. Por suerte, ya estamos de vuelta en casa. Ya tenemos un diagnóstico, ya sabemos los pasos a seguir y, aunque sigue muy delicado y va a tener que cuidarse mucho, estamos convencidos que poco a poco todo volverá a la normalidad.

La cuestión es que durante la semana que estuvimos en el hospital tuvimos varios compañeros de habitación. Personas que, normalmente, pasan por tu vida sin pena ni gloria. De las que al día siguiente ya no recordarás ni su nombre.

Pero del último de ellos, estoy segura de que me acordaré siempre. Un señor escocés de 86 años, lleno de vida y que no hablaba nada de español. Él me hizo reafirmarme en mi creencia de que, en esta vida todo es cuestión de actitud.

Cuando llegó a la habitación con su familia, todo era muy serio, muy formal. Alexander, que así se llama, llegó con goteros puestos, una mascarilla… Había caras de preocupación, de tristeza… O eso me pareció a mi. Su familia salió de la habitación a traerle unas cosas y en ese momento les trajeron la merienda. Yo estaba acompañando a mi padre, así que le ayudé a sentarse, le acerqué la merienda y me senté a leer. Ví como el hombre parecía un poco preocupado porque no sabía que hacer con la merienda sobre las rodillas y tanto cable por todos lados. Así que…

Me acerqué y con mi triste nivel de inglés acerté a decir… “Can I help you?” Y… ¡Se produjo la magia! El hombre empezó a sonreir y ha contarme cosas. En inglés, claro.

cuestion de actitud

Me di cuenta de que más o menos conseguía entender lo que me estaba contando, pero claro, lo de contestar… Mira que lo he pensado veces. Tengo que mejorar mi inglés como sea. Sobre todo me encantaría mejorar mi nivel de conversación. Por ejemplo, dando clases particulares inglés nativo. Sería una fantástica opción. Además, me vendrían de perlas para cuando salimos de viaje. Que alguna vez nos hemos visto en cada lío…

La cuestión es que el hombre estaba bastante fastidiado. Había venido de vacaciones con toda su familia. Una de sus hijas cumplía 50 años y para celebrarlo habían organizado unas vacaciones en familia en El Campello. Iban a pasar una semanita todos juntos de viaje y además, habían organizado una fiesta. Peeeeeero… nada más llegar a Alicante el hombre se había puesto enfermo e iba a pasarse las vacaciones en el hospital. La hija, de hecho, me llegó a decir “Yo estaba super triste. No podía dejar de llorar al pensar que se nos habían fastidiado las vacaciones. Y mira mi padre. ¡¡¡El está feliz!!!”

Y era verdad. Realmente, estoy segura de que Alexander no estaba feliz de encontrarse en el hospital. Yo creo que, simplemente, había decidido que para qué amargarse cuando no podía hacer otra cosa. Lo mejor que podía hacer era intentar llevarlo de la mejor manera posible. Y vaya si funcionaba!!!

cuestion de actitud
Nos pasamos toda la tarde (y los días siguientes) riendo con él. Y eso que no entendía ni la mitad de lo que me decía.

Él sabía que yo no le entendía bien, pero no le importaba mucho. Él seguía hablándonos igual. Le prestamos un abanico porque hacía mucho calor y se reía diciendo que mi padre y él iban a formar un grupo de baile. Cuando le traían el gotero, preguntaba a los auxiliares y enfermeros si era whisky, arrancándonos a todos una sonrisa. Le cantó cumpleaños feliz a mi padre, que cumplió sus 68 años allí en el hospital. Su familia y él, nos acompañaron en la pequeña celebración que le hicimos, sujetando globos y compartiendo tarta… Y todo eso, casi sin entendernos.

En esos divertidos momentos en los que casi nos olvidábamos de nuestra preocupación, sólo pensaba que ojalá supiese más inglés. Tenía la sensación de estar perdiéndome grandes cosas por no saber hablarlo y entenderlo mejor. Que este hombre tenía mucho que enseñar…

La actitud de Alexander nos alegró mucho nuestra estancia en el hospital. A pesar del dolor, de la incertidumbre, del miedo… Tener a alguien tan vital, a alguien tan positivo y con tantas ganas de vivir en la cama de al lado, nos ayudó. Nos hizo reír. Pero, sobretodo, a mí, me hizo reflexionar. Darme cuenta de que todo es una cuestión de actitud.

Cuando le pregunté cuantos años tenía me dijo: “I’m only 86. Old age is in the heart”

Yo sólo tengo 86 años. La vejez está en el corazón.

¿Y vosotros que pensáis? ¿Creéis que la forma con la que nos enfrentamos a lo que nos pasa influye? ¿Pensáis que todo es cuestión de actitud? Puedes dejarme un comentario más abajo contándomelo. No olvides que vuestros comentarios y vuestros “me gusta” nos ayudan a seguir creciendo. 😉

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4 Comentarios

  • Reply
    Ana
    15 junio, 2017 at 8:57 pm

    Hay personas que llegan a nuestra vida y dejan huella, aunque sólo estén en ella un periodo corto de tiempo. Otras en cambio pueden estar toda la vida y no sacar nada positivo de haberlas conocido.
    Parece que este hombre es del primer caso.
    La vida, y sobretodo poder disfrutar de ella siempre es una cuestión de actitud, cuando las cosas vienen bien es más fácil, cuando vienen peor cuesta más, pero de conseguirlo hará que seamos mucho más felices el tiempo que nos toca vivir. Me ha gustado mucho tu post y tu reflexión. más deberíamos pensar en cosas así.

  • Reply
    Cumpleaños Infantiles
    2 julio, 2017 at 12:56 am

    Que Mejor Ejemplo que una cultura asiatica, Donde la espiritualidad se expresa en todo lo cotidiano. desde los platos que se llevan a la mesa hasta en la forma como interactuan las personas. Algo que deja al descubierto claramente la Actitud frente a la Vida.

  • Reply
    peques a bordo
    10 octubre, 2017 at 9:23 pm

    Que te voy a contar? Si con 30 años me diagnostican cáncer con dos peques de 3 años, si un año después falleció mi padre con 62 años y si un año después es mi madre la que tiene que luchar por lo mismo?. Lo único que puedo decir y no es poco que de todo se aprende, a querernos más y mejor, a tener más paciencia, a relativizar las situaciones y a respirar cada gota de oxígeno y vida. Y yo también quiero aprender inglés para no perderme historias y que viajar sea más fácil.

  • Reply
    DoreenMoretz
    20 mayo, 2020 at 2:56 pm

    Toda nuestra vida es un caleidoscopio de eventos, momentos, pequeñeces. Cada nuevo día parece ser similar al anterior pero parece que no, porque hoy un extraño te sonrió en el metro. Y respondiste esa sonrisa con una sonrisa. Y en el metro ya dos personas en un día laborable no son sombrías, sino que sonríen. ¿Entiendes lo que quiero decir? Es decir, las insignificancias, tan insignificantes y que aparentemente no necesitan nuestros momentos de atención, hacen que nuestra vida sea plena, vibrante y principal, ya que no es extraño, animado.