Capítulo 4: …y otra de sierra
Para nuestra familia, las vacaciones de Semana Santa son días de aire libre, merenderos, monas y paseos por el campo. Así que este año no iba a ser distinto. Al contrario, con Buffalo en casa podía ser incluso mejor. Con que pudiese desenvolverse por la sierra tan solo la mitad de bien que por la playa… Total, que el domingo de Pascua nos preparamos las mochilas, subimos a Buffalo en el coche y pusimos rumbo a Alcoy.
Llevaba mucho tiempo queriendo conocer la Vía Verde que parte de esta localidad. Me gustaba mucho lo que había leído por la red y sabía que no habría problema alguno para ir con Buffalo. Se trata de una ruta que está adaptada en parte y claro, por el asfalto rodábamos sin problemas. Pero cuando venían bicis, otros carros, etc… nos salíamos a la parte de tierra y él ni lo notaba.
Durante los 8km. que recorrimos entre preciosos pinares, cruzamos largos túneles linterna en mano, encontramos merenderos dónde sentarnos relajadamente a reponer fuerzas, nos deleitamos con las hermosas vistas del valle, saludamos a decenas de personas… Hasta Buffalo se encontró con un par de familiares que también habían decidido pasar el día en Alcoy. Normal, siendo la familia Bugaboo tan grande y gustándoles tanto el campo…

Al final del día decidimos acercarnos a uno de los merenderos más bonitos de la ruta a relajarnos. Estaba en una zona elevada, al final de un corto y estrecho sendero que salía desde la vía verde. Allí las vistas eran maravillosas. Papá y Buffalo se adelantaron y subieron rapidito a coger una mesa. Una vez allí, recuerdo que le comenté a papá: “Claro, con esas ruedas grandotas… Ni piedras, ni arena, ni agujeros, ni pendientes… ¡¡¡NI PINCHOS!!!” El viejo Carro tenía ruedas con cámara, como las bicis, y en un par de ocasiones tuvo un pinchazo.
Buffalo escuchaba en silencio. Debía estar pensando: “Eso nunca me pasará a mí. Mis ruedas están rellenas de espuma, no de aire.“
Tumbada sobre el banco, miré a mi alrededor. Entre el azul del cielo, los verdes de los montes, los amarillos de las flores, los marrones de la tierra, los grises de las rocas… Entre todos esos hermosos colores destacaba un rojo intenso. Alcé la voz: “Si es que Buffalo es como nuestra familia: Todoterreno.”
¿Querrá Buffalo seguir con nosotros? ¿Por que situaciones le haremos pasar? No te pierdas el próximo capítulo de…
Las crónicas de Buffalo (Puedes leer los otros capítulos
aquí).
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Soy mamá de tres, viajera y bloguera profesional. Titulada en Ingeniería Técnica en Informática de Gestión, acabé teniendo un blog y descubriendo que me apasionaba. Desde hace 9 años os cuento en él nuestras aventuras. También soy socia fundadora de la Comunitat Valenciana Travel Bloggers y colaboradora en diversos medios de comunicación.
2 Comentarios
Mans De Fada
27 abril, 2014 at 11:17 pmPrecioso paraje!! Desde qué públicas estas entradas, me fijo en los carros de bebés y veo algunos Bugaboo y las caras de felicidad de los peques!!
Suerte con el reto
Besos familia!!!
mariajose
28 abril, 2014 at 4:24 amMuchas gracias Mans de Fada!!! La verdad es que los peques van muy bien en estos carros. Incluso Carla está encantada con él. No quiere más que la llevemos a ella. Jejeje
Un beso. 🙂