Hace ya algún tiempo os conté como Carla, de repente, había empezado a interesarse por la ciencia. Bueno, en realidad no es que fuese de repente. Ese puntito de curiosidad por las cosas que le rodean, por experimentar, siempre estuvo ahí. Pero la realidad era que había otro tipo de cosas que le llamaban mucho más la atención. Y por tanto, su interés por la ciencia se limitaba a unirse, de vez en cuando, a las lecturas y los experimentos y juegos científicos que hacíamos con su hermano mayor. Peeeeeeero… alrededor de los ocho o nueve años, esto empezó a cambiar. Y en este último año, su afán por conocer diferentes aspectos relacionados con conceptos científicos se ha disparado.
Buscando telescopios para niños
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Carla ha empezado a dedicar más horas de juego a la realización de experimentos con algunos de los kits de juegos de ciencia, a querer introducir a su hermano pequeño en el tema, a leer libros que hablan de mujeres científicas… Incluso me dijo que quería tener un microscopio y un telescopio. El microscopio ya cayó para su cumpleaños. Fue el regalo que más ilusión le hizo. Así que ahora está a la busca y captura de un telescopio, “pero de los de verdad”. Y, ¿sabéis qué? No siempre es fácil elegir un buen telescopio para tu hijo. Hay que tener en cuenta muchas cosas.
Si queremos que el telescopio sirva para lo que tiene que servir, los telescopios de juguete no sirven. Son precisamente eso, juguetes. De modo que a la hora de querer observar un animal que esté a mucha distancia en la montaña o el cielo nocturno no nos servirán de nada. Los aumentos que pueden darnos serán mínimos, las lentes no son buenas y, como consecuencia, la calidad de las imágenes será malísima. Eso sí, serán muy económicos. Los telescopios para niños que nos tienen que interesar son los que nos dan unas prestaciones suficientes, pero que a la vez sean más o menos fáciles de manejar por ellos.
A quienes, al igual que yo, no tenemos mucha idea a la hora de elegir este tipo de instrumentos científicos, nos toca leer mucho. Una vez sabemos con qué presupuesto contamos y con qué finalidad vamos a comprar dicho telescopio, hay que ponerse a buscar información, ver los distintos tipos que hay, contrastar opiniones… De este modo siempre acabaremos encontrando esos modelos perfectos para regalar a niños.
Está claro que si quieres tener un telescopio que realmente te permita ver con claridad, no sólo de día sino también de noche, tendremos que plantearnos que habrá que invertir un poquito más. De hecho, Carla sabe que un telescopio mínimamente decente cuesta un dinerito. Así que se ha propuesto ahorrar el dinero suficiente para comprárselo. O, al menos, para colaborar con ello.
Precisamente hace un mes o así, a una de las mejores amigas de Carla le regalaron un telescopio para su cumpleaños. Cosa que hizo que a Carla le entrasen aún más ganas de tener su telescopio ya mismo. Fue un regalo conjunto de toda la clase. Cosa que me pareció genial. Aportando cada uno un poquito (nosotros solemos poner 10€ cada uno a la hora de hacer un regalo conjunto), entre todos conseguimos hacer un regalazo. Y, en mi opinión, mucho mejor que una tablet o una consola.
Como os decía, ella lo está deseando. De hecho, ya se ha marcado una fecha máxima y todo. Jejeje Hace sólo dos días me preguntó que cuándo era la lluvia de estrellas. Y al decirle que era en agosto, me dijo que en ese caso tenía que conseguir ahorrar el dinero antes para poder tenerlo para esa fecha y, así, verla bien. Mientras llega el ansiado momento, se va leyendo algunos libros sobre el universo y las estrellas. Eso sí, el cuaderno para anotar sus observaciones ya lo tiene preparado.
¿A vuestros peques también les llama la ciencia? ¿Os han dicho que quieren uno de esos telescopios para niños?
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