Hace ya mucho tiempo que estoy pensando en preparar una escapada en familia para ir a esquiar. La verdad es que yo sólo he ido a esquiar en tres o cuatro ocasiones (el papi ha ido muchísimas más que yo), pero siempre me lo he pasado genial. Y sobretodo, siempre he vuelto a casa con la sensación de querer volver a repetir cuanto antes. Tanto esquiar con niños como jugar con la nieve en general, siempre es muy divertido. Más aún cuando no has visto la nieve a menudo. Total, que estoy segura de que sería un viaje que les gustaría a los tres. Un viajes que recordarían durante muchísimo, muchísimo tiempo.
Eso sí, tengo claro que ir a esquiar en pareja o con amigos no es lo mismo que ir a esquiar con niños. Al igual que pasa en cualquier otro viaje, unas vacaciones con niños requieren más intendencia y preparación. Hay muchas cosas que se pueden hacer y decidir sobre la marcha. Pero también hay otras cosas que no podemos, ni debemos, improvisar. Así que he pensado en contarte esas cosillas que creo que debes tener en cuenta a la hora de preparar una escapada para ir a esquiar con niños. ¿Te parece? Pues… ¡Allá vamos!
5 consejos a la hora de esquiar con niños
¡ENCUENTRA RÁPIDO LO QUE BUSCAS!
1. Reserva con antelación tus vacaciones de esquí
Todos sabemos que unas vacaciones en familia en la nieve no es precisamente barato. Pero que también tengo claro es que, si reservas con antelación, puedes encontrar ofertas realmente buenas. Así que no esperes a última hora para buscar. Ve echando un ojo de vez en cuando. De este modo podrás estar al tanto de los precios de alojamientos, transportes, de las clases, los forfait… Hay webs que tienen packs muy interesantes. Por ejemplo, puedes encontrar packs de hoteles más forfait para esquiar en Baqueira Beret con Esquiades.com.
2. Acompáñales en sus primeros pasos sobre la nieve
Si tus peques no han esquiado nunca, es muy importante que los primeros contactos con este deporte los hagan contigo. Lo normal es que se sientan inseguros e, incluso, que les de un poco de miedo. Si llegas a la estación y, directamente, los dejas en una escuela de esquí con gente extraña, seguramente no se sentirán bien. Sobretodo si son pequeños. Lo mejor es que reserves vuestras primeras horas en la nieve para estar juntos. Jugad con la nieve, familiarizaros con el equipo, tiraos en trineo, echaros unas risas… Más tarde ya podréis ir cada uno a vuestra clase. Seguro que así la experiencia será más satisfactoria para todos.
3. No te olvides del seguro de viaje
Sin ninguna duda, este es uno de los puntos más importantes a la hora de ir a esquiar. En realidad, a mi me parece fundamental siempre. A la hora de hacer cualquier viaje. Sobretodo si sales fuera de España. Pero es que esquiar es un deporte que va a provocar caídas sí o sí. Hay que hacerse a la idea. Lo más probable es que esas caídas no tengan grandes consecuencias. Y que a lo sumo nos proporcionen un poquito de dolor que se nos pase en un rato y unas anécdotas que nos hagan reir a posteriori. Pero a veces puede que no sea así y acabemos teniendo que ir al médico o, incluso al hospital. De hecho, en uno de nuestros viajes el papi se rompió un dedo del pie. Así que no os olvidéis de contratar un seguro cuando vayáis a esquiar con niños. Estaréis mucho más tranquilos sabiendo que tendréis cubierta cualquier eventualidad médica.
4. Lleva la ropa adecuada para esquiar con niños
Algo que he aprendido de las veces que he ido a esquiar es que es muy importante llevar la ropa adecuada. Debéis tener muy en cuenta el clima. No es lo mismo ir a esquiar a los Pirineos, que esquiar en Sierra Nevada. Ni tampoco es lo mismo hacerlo en diciembre, que hacerlo en marzo. Está claro que el tiempo es algo muy cambiante, pero sí podéis informaros más o menos de la temperatura que suele hacer en esa zona en las fechas en las que vayáis a viajar. En función de eso, tendréis que llevar ropa más o menos abrigada. Una buena idea es llevar varias capas de ropa. Que sea cómoda de llevar, eso sí. Es muy importante que no tengan frío, ya que si no lo pasarán mal. Pero también que si hace sol y empezáis a sudar y a tener mucho calor, les podáis quitar alguna de ellas.
5. No fuerces la situación.
Sobretodo, deja que todo fluya a su ritmo. Cada persona es diferente. No sólo los niños. Los adultos también. Y puede que tu te hayas echo unas ilusiones enoooormes con este viaje y las cosas luego no salgan como te esperabas. Igual, llegas la mar de contenta con todo el equipo, juegas con la nieve, haces todo lo que está en tu mano para transmitirle tu ilusión y tus ganas de aventura y resulta que, a pesar de todo, a tu peque no le gusta lo de subirse al los esquís. Igual no está preparado para ello. Y forzar la situación sólo empeoraría las cosas. Si esto ocurre, respira hondo, cambia el chip y procura que tu peque sienta que no pasa nada. Que podéis pasarlo genial juntos, aunque no quiera esquiar. Piensa que lo importante es que disfruten la experiencia. Quien sabe, igual lo pasáis tan bien que al día siguiente se anima a probar contigo. ¿No te parece?
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