Perder a un ser querido es una situación por la que, por desgracia, nos toca pasar a todos tarde o temprano. Y hablar con niños de la muerte, en esos momentos, puede ser muy duro y difícil. Al menos así lo he vivido yo con mis hijos. Lamentablemente, hemos pasado por ello varias veces. Y no ha sido nada fácil, ni para ellos, ni para nosotros. En los últimos años hemos perdido a varias personas muy queridas de nuestra familia, muy queridas por los niños.
Perder a alguien a quien quieres siempre es doloroso. No importa si era muy mayor, no importa si estaba enfermo. Siempre duele, siempre es difícil, siempre es triste. Pero cuando en casa hay niños, al hecho de la tristeza y el dolor de esa perdida hay que sumarle que tienes que contárselo a ellos. Nos toca sentarnos con ellos, contar lo que a pasado, sin mentir pero con un lenguaje que ellos entiendan. Hay que acompañarles en el duelo y dejar que ellos nos acompañen a nosotros. Y sobre todo hay que contestar a todas esas preguntas que se le van a plantear y que necesitan respuesta.
Hace un tiempo, tuve la oportunidad de asistir a uno de los eventos más interesantes y a la vez más duros y emotivos, de los que he estado hasta ahora. Se trataba de un evento organizado por
Madresfera y en el que
Seguros Meridiano nos iba a presentar la una guía que habían preparado para que sirva de ayuda a los adultos a la hora de hablarles a los niños de la perdida de un ser querido.
Hablar con niños de la pérdida de un ser querido
¡ENCUENTRA RÁPIDO LO QUE BUSCAS!
Hablar con niños de la muerte es una de esas cosas que normalmente evitamos, hasta que no tenemos más remedio. Queremos que su día a día fluya feliz así que solemos pensar que tratar este tema con ellos no vale la pena. ¿Para qué vamos a ponerles tristes? ¿Por qué hablar de algo que sólo les puede generar preguntas y pensamientos angustiosos? Total, ya se enterarán cuando sean mayores. Pero de lo que no somos conscientes es de que la muerte es inherente a la vida, y es algo que puede que tengan que afrontar antes de hacerse mayores. Es algo que tenemos a nuestro alrededor continuamente, que convive en nuestro día a día aunque a veces pase desapercibido.
¿Os habéis dado cuenta de que, por ejemplo, en todas las películas de Disney se muere alguien? Pero claro, como son dibujos no solemos darle la importancia que merece al tema. De repente llega un día tu peque de cuatro o cinco años y te suelta… ¿mamá, tu te vas a morir? ¿Qué pasa cuando nos morimos? Y nos pilla totalmente por sorpresa. Lo primero que solemos pensar es en por qué se le ha ocurrido pensar en eso en ese momento. Pero la realidad puede ser que simplemente lo haya visto en unos dibujos, haya oído contar a algún compañero del cole que alguien de su familia se murió o se ha dado cuenta de que su mascota a la que parecía no hacer demasiado caso ya no está.

Los seguimos echando me menos cada día
Yo creo que nunca hablé de la muerte con mis hijos hasta que falleció la yaya Concha. En realidad era una tía-abuela mía, pero que para Marco era como su abuela. De echo, el decía que tenía cinco iaias (sus dos abuelas, sus dos bisabuelas y la iaia Concha) y tres iaios (sus dos abuelos y un bisabuelo). Como os decía, desde entonces hemos tenido que afrontar el tema en más ocasiones. Hoy día, sólo nos quedan mi madre y mi padre.
En uno de aquellos difíciles momentos, tras la inesperada muerte de la yaya María, os hablé de cómo fue
nuestro duelo y la vuelta a la rutina. Necesitaba contarlo, sacar todo lo que tenía dentro, liberarme… Mis hijos mayores saben que han sido muy afortunados por haber podido disfrutar de ellos durante mucho tiempo, pero todavía les echan de menos. Y yo también, cada día. Estoy segura de que
no ocultarles lo ocurrido, responder a sus preguntar, entender sus temores e intentar ayudarles a gestionarlos les/nos ha ayudado a seguir adelante y a superar el duelo juntos.
Así que, cuando vi que organizaban esta charla para padres en Mandarina Garden, no dudé en apuntarme. Pensé que estaría bien conocer la
guía “Mamá, papá ¿qué es la muerte?”, y escuchar las recomendaciones que nos haría
Nuria Javaloyes, psicóloga especializada en el acompañamiento del duelo y colaboradora en la creación de la guía. Quería poder tratar con ella el tema y preguntarle por algunas de las situaciones que yo había vivido con mis hijos. Quería averiguar cómo detectar si había algún “problema”. Si estaba actuando de una manera adecuada hacia ellos…

Como el evento se realizaba en la
cafetería Mandarina Garden Alicante, estaba abierto a que viniesen los niños. Yo no había estado nunca en Mandarina, pero me pareció un local precioso. La decoración que tienen me encanta y la zona infantil es muy chula. Esta zona infantil es amplia, con juegos, cuentos, juguetes, espacio para hacer talleres… Me llevé a Carla y César conmigo y cuando llegaron se quedaron alucinados. Prácticamente desaparecieron toda la tarde. A la hora de marcharnos no había forma. Querían quedarse allí. A ellos les habían preparado un cuentacuentos y un taller en el que decoraron una maceta y plantaron unos rabanitos, que por cierto ya tienen algún tallo.

Mientras ellos lo pasaban en grande, mis compis de charla y yo nos sentamos alrededor de Nuria dispuestas a escuchar todo lo que nos tenía que contar. Allí estábamos: Mónica de Madresfera, Cristina
La Quiles, Mª del Mar de
Sienteme Crianza, Mª José de
Con ñ de Cariño, Paloma de
Hoy dónde vamos mamá, Marga de
Subida en mis tacones, Maite de
Cuestión de madres, Ana de
Maternidad Imperfecta, Mª José de
La Alcoba de Blanca y una servidora. Todas dispuestas a empaparnos con la sabiduría que le dan tantos años de experiencia con este tema. Pero no. Sorprendente y maravillosamente no fue así.

Nuria no nos dio una charla, Nuria nos acompañó en nuestros duelos. Lo que en principio pensábamos sería una ponencia se transformó en una animada charla abierta entre amigas sobre un tema tan complejo. A través de preguntas y de las experiencias que íbamos contando, Nuria nos iba explicando cosas “sencillas” como que a la hora de hablar con niños de la muerte, no debemos ocultarles la verdad. Hay que contarles siempre la verdad, pero a un nivel que ellos entiendan.
Nos dijo que hay que explicarles las cosas pero sin entrar en grandes detalles (a no ser que nos los pregunten). Que debemos ser coherentes con nuestros pensamientos. Que si creemos Dios podemos decirles que van al cielo, pero que si no tenemos claro qué hay después de la muerte está bien decirles a nuestros hijos que no lo sabemos. Que podemos y debemos llorar con ellos, pero transmitiéndoles seguridad y la esperanza de que todo irá bien a pesar de lo ocurrido. Que hay
cuentos para hablar del duelo y la muerte con los niños que van genial y nos ayudan a que saquen lo que tienen dentro. Y sobretodo, que hay que estar atentos a las señales que nos indican cuando algo no va bien. En la guía están indicados algunos puntos sobre los que tenemos que estar alerta.

Cuando nos quisimos dar cuenta, habían pasado más de tres horas entre charlas, risas y lágrimas. Nos habíamos sentido tan cómodas abriendo nuestras mentes y nuestros corazones, dejando fluir sentimientos y emociones que se nos había hecho corto. Nos supo a poco. Yo salí de allí con algunas respuestas que buscaba, con la sensación de ahora entendía mejor como ha sido y es el duelo para los diferentes miembros de mi familia, con el descubrimiento de una cafetería chula en Alicante a la que seguro que volveré y con la guía Papá, mamá… ¿Qué es la muerte? en papel para poder consultar cuando lo necesite.
¿Qué os ha perecido la guía para hablar con niños de la muerte? ¿Creéis que ayudan estos materiales? ¿Os ha tocado hablar con ellos ya de este tema? ¿Cómo fue vuestra experiencia?
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Soy mamá de tres, viajera y bloguera profesional. Titulada en Ingeniería Técnica en Informática de Gestión, acabé teniendo un blog y descubriendo que me apasionaba. Desde hace 9 años os cuento en él nuestras aventuras. También soy socia fundadora de la Comunitat Valenciana Travel Bloggers y colaboradora en diversos medios de comunicación.
4 Comentarios
Wendy Suarez
8 diciembre, 2016 at 4:38 pmMuchas gracias por compartir. Mi esposo falleció tras una larga y dolorosa enfermedad. Ni yo misma ni mis tres niños hemos conseguido superarlo realmente, estamos comenzando una terapia, pero es algo que aún tenemos que trabajar. Nunca es tarde para aprender formas nuevas de ayudarnos, me he descargado la guía y la leeré que seguramente me será de gran apoyo. Saludos
mariajose
9 diciembre, 2016 at 4:51 amGracias a ti, por leerme y por compartir conmigo tu experiencia. Lamento muchísimo por lo que estáis pasando. No alcanzo a imaginar lo duro que debe ser para vosotros. Seguro que la terapia os servirá de gran apoyo y espero que esta pequeña guía también.
Un gran, gran abrazo.
María
26 abril, 2020 at 9:44 pmHola María José. Estoy leyéndote con la lagrimilla. Lo primero siento mucho tus pérdidas. Yo es el “miedo” que tengo cuando falten mis güelitos. Yo perdía mi padre va a hacer 10 años y fue muy duro para mí, lo sigue siendo. Mi niño mayor nunca lo conoció, tiene 6 años, pero con dos años me preguntó donde estaba mi papá y le dije que se murió. Le expliqué que enfermó y nos dejó y al preguntarme a donde se fue, no le pude mentir le dije que estaba en el cementerio. Y él me dijo que qué pasaba cuando te mueres, yo le expliqué que dejas de existir, tu cuerpo se lleva al cementerio, pero sus recuerdos siempre están conmigo. La pega es que con 3 años en infantil a un compañero se le murió el güelito y al crío le dijeron que su güelito estaba en una estrella y el mío le contestó que eso era mentira que te mueres y desapareces. Cuando él me preguntó no caí en lo que diría el resto de personas a sus hijos y en las creencias de la gente. Yo le expliqué que hay gente que cree que están en el cielo para sentirlos más cerca. Él habla de la muerte como algo natural sin miedos ni tapujos y creo que con los críos es lo que funciona información veraz y corta.
Un abrazo.
Gran post.
Gracias por
María José Planelles Palomares
9 mayo, 2020 at 7:18 pmHola María!! Muchas gracias por leerme y por dejarme tu comentario. Siento mucho la perdida de tu padre. Aunque haya pasado tiempo, es algo que duele para siempre. Estoy de acuerdo contigo en que lo mejor es contarles las cosas con naturalidad y de verdad. Yo hice eso con mis hijos también. Aunque es cierto que en casa, parte de mi familia es muy religiosa y Carla, por ejemplo, se agarra a que sus abuelos están en el cielo. A mi me cuesta más decirle eso. Mi abuela le dijo eso cuando murió mi abuelo. Y claro, Carla se pasó una temporada queriendo ir al cielo a verle… Menos mal que poco a poco, con mis explicaciones ya se quedó más tranquila y entendió realmente lo que ocurre. Es un tema muy complejo y hay que simplificarles las cosas. Por ellos y por nosotros.
Un abrazo enoooorme.